Engorde a corral: La dieta y su respuesta en kilos de carne

¿Cuáles son los factores a tener en cuenta al momento de diseñar una estrategia productiva en un feedlot?

Argentina 22 de agosto de 2013 María Florencia Godoy

Todos los sistemas productivos basan su sustentabilidad en la eficiencia. El feedlot no queda ajeno a esta premisa. Más aún, cuando los precios de la carne se mantienen prácticamente congelados y los insumos se mueven al ritmo de la inflación. El engorde a corral, en todas sus variantes, desde el sistema ultra intensivo hasta el encierre para la terminación luego de una recría ha campo, se ha impuesto como el sistema que posibilita alcanzar cierto margen económico, pero sobre todo financiero al productor.

El sistema de confinamiento requiere afinar el lápiz en materia sanitaria, de bienestar animal, y fundamentalmente de alimentación, ya que la eficiencia del sistema se sustenta en una baja tasa de conversión de alimento (menos kilos de alimento necesarios para producir un kilo de carne), una baja incidencia de enfermedades y, por supuesto, la mínima tasa de mortalidad.

Desde el INTA se establecieron algunos puntos para orientar a los productores en la difícil tarea de la toma de decisiones.


Una dieta acorde a cada animal

Al evaluar los resultados productivos primeramente se debe tener en cuenta el tipo de animal encerrado ya que no es factible comparar dos dietas con datos provenientes de distintas categorías de animales. La eficiencia de conversión que se obtiene con una misma dieta, y con ello el costo por kilo producido, es muy distinta entre un ternero de destete y un novillo en la etapa de terminación. Si bien este último come menos en términos de valores relativos (% del peso vivo), en valores absolutos come más que un ternero de destete y depone una mayor proporción de grasa. 
Sin embargo, las ganancias diarias de pesos no son muy diferentes. Así,  la mayor deposición de grasa en los animales más grandes, conjuntamente con un mayor gasto de mantenimiento explica el mayor consumo, la ganancia de peso es similar a la de los animales más jóvenes.
En tanto, si se evalúa la conveniencia o no de utilizar una determinada dieta se debe tener en cuenta el tipo de encierre realizado pues, si quisiera comparar las dietas, se puede llegar a conclusiones equivocadas y muy distintas, a si se utilizan animales de categorías similares. 


Proteína de la ración
De los costos de la ración, uno de los más importantes es la proteína, pudiendo llegar a representar más del 50 % del costo de la misma. Respecto del nivel y tipo de proteína en la dieta depende, entre otras cosas, de la categoría de animales y de las características de los componentes energéticos de la dieta. 
En general, se considera que hasta con un 12 % de proteína en la ración se obtiene una alta eficiencia en su utilización por parte del animal. Mientras que si la proporción de proteína en la dieta es menor, ésta sería insuficiente para permitir una adecuada digestión ruminal y cubrir los requerimientos para la ganancia de peso. 
Obviamente si el nivel de proteína en la dieta es mayor, su eficiencia de utilización decae, por la ley de rendimiento decreciente. Sin embargo, por lo general, con un 12 por ciento de proteína en la dieta se podría estar limitando la respuesta animal a una determinada dieta especialmente en animales que se encuentren en activo crecimiento (terneros de destete). 
Es por ello que para estas categorías, y con el objetivo de obtener mayores ganancias de peso se puede incrementar el nivel proteico de la dieta a costa de una disminución de la eficiencia en su utilización y de mayor costo de la dieta. Este plus de proteína debe ser suministrado como proteína verdadera de alto valor biológico, es por ello que en animales jóvenes es más importante la fuente de proteína utilizada que en los animales en terminación. 


No subestimar la fibra

Mal que nos pese, en términos de eficiencia de conversión, el bovino no deja de ser un rumiante. La fibra conforma un nutriente indispensable e irreemplazable para la salud de su fisiología digestiva.  La fibra debe estimular la rumia y la salivación, con lo cual se percibe que, en este caso, el efecto es más bien físico que nutritivo. Sin embargo, no toda la fibra es igual. Las distintas fuentes de fibra pueden producir variados efectos sobre la performance productiva del ganado de carne.

La respuesta al agregado de diferentes concentraciones de fibra en las dietas es dependiente del tipo de grano que la compone. Dietas que contienen granos de menor degradabilidad ruminal se ven más afectadas que aquellas con granos de mayor degradabilidad. Esto puede deberse a que la fibra ejerce un efecto positivo sobre el ambiente ruminal, evitando o disminuyendo el riesgo de acidosis en dietas con alta proporción de almidones de alta degradabilidad. En cambio, en dietas con almidones de baja degradabilidad, el riesgo de acidosis es menor y la mayor cantidad de fibra tiene un efecto depresor del consumo de materia seca y además diluye la concentración energética de la ración, traduciéndose en una menor eficiencia de conversión.


Económicamente viable

La variable económica es el factor que el propietario del establecimiento nunca perderá de vista. Los costos de las materias primas se mueven con el ritmo del precio de los granos, y se ven afectados por las mismas variables (climáticas, de demanda, entre otras). La producción propia en el campo debe valuarse por su costo de oportunidad para una correcta gestión. Esto vale tanto para el grano como el silo y los rollos.


Garantizar cada bocado

La nutrición no termina en una fórmula. Se dice que hay tres dietas: la que formula el nutricionista, la que se suministra en el comedero, y la que efectivamente el animal ingiere. Cuanto menos diferencia haya entre las tres mayor el éxito. Esto se logra con una adecuada capacitación del personal que opera el mixer, o racionador, y la observación de lo que sucede en los corrales. Cada mixer cuenta con especificaciones que deben ser consultadas y puestas a punto con el fabricante.


Recomendaciones finales

Los sistemas productivos son un conjunto de interacciones complejas entre elementos biológicos, ambientales y económicos altamente dinámicos. Las “fórmulas exitosas” en un sistema no necesariamente pueden replicarse en otro. Ni siquiera en un mismo establecimiento al cambiar alguna de las variables. La nutrición y alimentación adecuada debe estar diseñada y monitoreada por profesionales que contemplen todas las variables, sobre todo las que tienen que ver con los recursos económicos, humanos, equipamiento e instalaciones. 

 

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