Monopatín en Rafaela ¿qué se espera de su regulación?

Hasta no hace mucho tiempo los monopatines eran considerados un juguete, algo más dentro del enorme abanico de ofertas para el juego y el entretenimiento de las infancias.

El desarrollo de tecnologías sustentables hizo que los monopatines pasaran a ser considerados un Vehículo de Movilidad Personal (VMP), gracias a la incorporación de motores eléctricos más potentes y baterías con mejor tecnología. Así, este pasatiempo de la infancia se sumó a la oferta de medios de transporte amigables con el medio ambiente, junto a las motos, bicicletas y autos eléctricos.

En el plano de las ideas o de los idealismos, hasta aquí todo es color de rosa. Pero, ¿qué ocurre cuando salimos del "laboratorio" y ponemos al monopatín y su usuario a rodar las calles de una ciudad cualquiera? A relacionarse con vehículos de mayor porte, a circular por calles que no siempre están en buenas condiciones ni tienen establecido zonas de circulación seguras para este tipo de vehículos. 

En la ciudad de Rafaela los monopatines vienen ganando terreno y se los empieza a ver circulando con mayor frecuencia. Las razones por las cuales los usuarios optan por él son diversas, están aquellos que buscan una movilidad económica para transitar distancias cortas, otros que buscan aportar su granito de arena en el cuidado del medio ambiente y reducir la huella de carbono, hay también quienes lo eligen porque es un vehículo que, al plegarse, ocupa poco lugar de guardado en pequeños departamentos. Están también quienes optan por el monopatín para no contaminar con un automóvil, pero no les gusta andar en bici porque requiere de un esfuerzo físico que en verano los hace llegar traspirados a su trabajo.

También hay otras razones, ajenas a los usuarios, que influyen en su uso: un gobierno que busca instalar un discurso que la posicione como ciudad verde y, en consonancia, la universidad local sosteniendo esa idea desde la academia y colaborando con industrias rafaelinas en el diseño y producción de vehículos sustentables.

Durante los últimos días, la necesidad de regular el uso del monopatín en Rafaela fue el gran debate. Organizaciones de la sociedad civil como Rafaela en Bici dieron su punto de vista y sugirieron lineamientos por dónde avanzar para crear un marco regulatorio. 

El monopatín, moda pasajera o va a reemplazar a otros vehículos

En algunos aspectos, sabemos con certeza que usar el monopatín como medio de transporte sustentable tiene sus (aparentes) ventajas: no necesitan service periódico, tampoco que se le realicen cambios de aceite, pero... Si, hay "peros", como en cualquier tema. Por citar uno: las baterías que alimentan su motor son caras y cada algunos años es preciso cambiarlas.

Claramente, esto sólo no es una razón suficiente como para desechar al monopatín como medio de transporte diario, pero sí para cuestionarnos algunas aparentes certezas antes de comprarnos uno. Cabe entonces preguntarnos si ¿los monopatines son eficientes realmente? ¿Los monopatines son menos contaminantes que otros vehículos?

Días atrás, al exponer sobre el tema frente a miembros del Consejo Municipal, la agrupación Rafaela en Bici buscó relativizar los beneficios ambiental que da el uso de monopatines. En tal sentido, Guillermo Yachelini indicó que:

Se sostiene que no contaminan al no tener motores de combustión, que no generan efecto invernadero, y otras mejoras, pero esto es un concepto medio obsoleto porque hoy se habla de la huella de carbono y cualquier vehículo o lo que sea que se produzca provoca un impacto en ella. Además, los vehículos eléctricos tienen baterías de litio que para producirlas tienen un buen impacto ambiental. Entonces, esto es un avance, pero no estamos a salvo de eso y no es cierto que los vehículos eléctricos son la salvación de todo como se escucha que a partir de ellos se terminó el cambio climático.

Marcar las contradicciones, a veces, sirve para re-pensar lo que se nos ofrece como discursos certeros y absolutos. Por más que, comparado con un vehículo con motor a combustión, los monopatines eléctricos generen un impacto ambiental menor, también contribuyen con el cambio climático al depender de la explotación minera.

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Monopatín eléctrico o bicicleta, esa es la cuestión

Los hábitos de consumo que tenemos como sociedad dicen mucho sobre nuestros verdaderos intereses. Hasta dónde realizamos acciones conscientes con nuestro cuerpo o el medio ambiente y hasta dónde esas acciones son simplemente modas, algo que está bien visto realizar, que queda bien, da prestigio o simplemente nos permite "pertenecer".

Decimos ir al gimnasio porque nos gusta cuidar nuestro cuerpo y estar saludables pero, en vez de elegir la bicicleta como medio de transporte, integrando así la actividad física a nuestras vidas, optamos por el monopatín eléctrico. ¿La bicicleta acaso, no genera un impacto menor sobre nuestro ambiente que el monopatín eléctrico? Así y todo elegimos el monopatín eléctrico porque la bici nos hace transpirar y eso queda feo. Algo así como ir hasta el gimnasio en auto porque creemos que la actividad física nos mantiene en salud.

La autonomía de la bicicleta depende de vos

Un punto para quienes precisan recorrer distancias largas con estos vehículos es la autonomía de los monopatines eléctricos. Limitación que no debemos afrontar si nos desplazamos en bicicleta. Digamos que en la bici la autonomía dependen de vos, en la bicicleta lo que único que se puede agotar somos nosotros y nuestra voluntad de pedaleo. En los monopatines eléctricos, al agotarse sus baterías es preciso ponerlos a cargar y, hoy en día, nuestras ciudades no están adaptadas para que haya estaciones de carga donde conectar los vehículos.

Algo similar sucede con la velocidad, que los monopatines cuenten con motor eléctrico no significa que desarrollen una velocidad superior a la de una bicicleta que justifique su uso para llegar antes a nuestro destino.

Al parecer, los monopatines eléctricos tienen algo más que buena prensa...

Sumado a las limitaciones técnicas que pueden tener estos vehículos en si, existen legislaciones en relación a su uso. La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), organismo que depende del Ministerio de Transporte, establece que "los monopatines y patinetas eléctricas sólo pueden circular por las ciudades (calles y avenidas), la velocidad máxima es 30 km/h y la utilización del casco es obligatoria".

La legislación, además, señala que "este tipo de vehículos deben poseer un sistema de freno que permita una detención total del mismo e iluminación delantera y trasera" y "prohíbe su uso a menores de 16 años" pudiendo circular sólo una persona, sin acompañante.

Esta disposición es reciente ya que este tipo de vehículos no eran contemplados en la Ley Nacional de Tránsito 24.449, a diferencias de otros vehículos cómo las bicicletas y motos eléctricas.

Cuánto cuesta un monopatín en promedio

Si la variable que consideramos al querer comprar un monopatín eléctrico es la económica, concluiremos rápidamente en que no sería una acción muy acertada. Aclaremos que no se trata sólo de pensar en su valor de venta, sino también el costo de mantenimiento que tienen los monopatines eléctricos. Si bien no precisan de service ni cambios de aceite, su uso intensivo en terrenos que no están preparados para ese fin anticipa su deterioro. A veces con posibilidad de reparlos y otras no.

En Mercado Libre podemos encontrar monopatines eléctricos económicos, a partir de los $ 60.000. En tanto, un monopatín eléctrico de gama media-alta nos implica un gasto superior a los $150.000.

Obviamente, la vida útil de uno y otro será muy diferente, al igual que el uso que podremos darle. Si estamos pensando en adquirir un vehículo para trasladarnos a diario, un monopatín eléctrico económico no nos será de gran utilidad. En tanto, conviene siempre pensar que por algo más de dinero, digamos $50.000, podemos conseguir bicicletas de gama-media alta que nos asegurarán un traslado seguro  y sin necesidad de reparaciones en el corto plazo.

¿Está la ciudad preparada para usar monopatín eléctrico?

En Rafaela el problema es el empedrado y la irregularidad de las calles, ninguna novedad para quienes la transitan a diario en cualquier vehículo, pero que se agrava si lo haces en monopatín eléctrico.

Los monopatines tienen en general ruedas pequeñas que copian mucho estas irregularidades y terminan aflojándose o generando problemas eventuales por esas vibraciones. Esto, es obvio, producirá roturas mientras que si los usáramos en otros terrenos no se sucederían.

El desafío que tiene la ciudad es por demás interesante y no se limita a establecer una legislación que regule su uso, sino proyectar obras para establecer condiciones favorables y sobretodo seguras para su uso, pero antes de pensar en obras habrá que determinar si esta tecnología es sustentable o solo una moda pasajera.

Hay una parte que corre por cuenta de los usuarios de monopatines eléctricos y que tiene que ver con circular con casco, usando iluminación para aumentar su visibilidad, chaleco refractario y llevar un vehículo en condiciones, con buenos frenos. 

Pero otra parte corre por cuenta del estado local, que deberá comenzar a pensar no sólo en una legislación que de marco al uso de monopatines eléctricos en Rafaela, sino también que limite el espacio destinado a la circulación y estacionamiento de autos, ya que estos son los que ocupan la mayor parte de las calles de la ciudad.

Quizás estamos frente al inicio de un nuevo modo de usar y habitar el espacio público, quizás simplemente ante una moda pasajera que podría quedar sólo en buenas intenciones, bajo el pretexto de reducir la huella de carbono y frenar el cambio climático.