La sequía extrema amenaza a la agricultura argentina: el trigo en crisis

El rinde del trigo en Argentina está al borde del colapso debido a la sequía, con 580.000 hectáreas ya comprometidas por la falta de lluvias y temperaturas extremas.

Región04 de octubre de 2024
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Mapa de reserva de agua útil.

La agricultura argentina, particularmente en la región núcleo, enfrenta una crisis sin precedentes debido a la falta de lluvias y el aumento de temperaturas.

El trigo, uno de los cultivos más importantes, se encuentra en una etapa crítica de su ciclo y las expectativas de rendimiento han caído drásticamente.

Expansión de la sequía y estrés hídrico en la región núcleo

La región núcleo, que incluye el sur de Santa Fe, el norte de Buenos Aires y el sudeste de Córdoba, es la más productiva del país. Sin embargo, la sequía avanza rápidamente, con un incremento del área afectada del 64% al 72% en pocas semanas.

En septiembre, la media histórica de precipitaciones es de 50 milímetros, pero este año, la región apenas recibió 0,8 milímetros, un nivel alarmantemente bajo.

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) reporta que el trigo está en la fase más crítica de su desarrollo, con un 45% del cultivo espigando y el resto en etapas anteriores, como la de espiga embuchada y hoja bandera.

El problema principal es que esta definición del rinde ocurre en un contexto de estrés hídrico severo. Los expertos ya estiman que el potencial productivo ha caído al menos un 10%, y las proyecciones para un rinde promedio, que hace dos semanas eran de 39 quintales por hectárea, hoy rondan entre los 30 y 35 quintales.

Impacto del clima extremo en el rendimiento del trigo

Las condiciones climáticas en la región núcleo han sido particularmente desfavorables. Además de la falta de lluvias, las temperaturas máximas alcanzaron entre 30°C y 38°C en los últimos días de septiembre y principios de octubre, con muy poca humedad y vientos intensos que agravan el estrés hídrico de los cultivos.

Este escenario ha causado que un 45% de los lotes se consideren en condiciones regulares o malas, abarcando 580.000 hectáreas afectadas.

El riesgo para el cultivo se ha incrementado no solo por el déficit de lluvias, sino también por los bruscos cambios de temperatura. Las heladas agronómicas registradas en localidades como General Pinto, Rojas y Zavalla, con mínimas cercanas a 1,5°C, añaden una capa adicional de estrés para los cultivos.

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Previsiones y posibles escenarios futuros

Según los pronósticos meteorológicos, las lluvias seguirán siendo escasas en la región núcleo. Aunque se espera un leve descenso de las temperaturas y la posibilidad de precipitaciones aisladas el 7 de octubre, estas no serían suficientes para revertir el daño.

Los técnicos de la BCR estiman que en las áreas más afectadas se necesitarían entre 100 y 180 milímetros de lluvia para recomponer los niveles de humedad óptimos.

En cuanto a las temperaturas, se anticipa que seguirán subiendo hasta alcanzar máximas de 30°C a 32°C en el oeste de la región, lo que complicaría aún más la situación del trigo, que ya está expuesto a golpes de calor y posibles heladas.

Situación por zonas: Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe

La situación varía ligeramente según la zona. En el sudeste cordobés, las proyecciones de rendimiento han bajado de 45 quintales por hectárea a 30 o menos, y en los peores lotes, se teme que la producción caiga por debajo de los 20 quintales.

En Monte Buey, se reporta que algunos productores ya están considerando secar los lotes más afectados.

En el noreste de Buenos Aires, en Rojas, las lluvias de fines de agosto han permitido mantener expectativas de rendimiento en torno a los 35 a 40 quintales por hectárea, aunque sin lluvias en el corto plazo, el panorama también se agrava.

En otras zonas como General Pinto y María Susana, los lotes muestran síntomas de estrés hídrico severo, con hojas encartuchadas y quemaduras en las hojas basales debido a la falta de agua.

Perspectivas para la agricultura argentina

La sequía en Argentina no solo afecta al trigo, sino también a la economía agrícola en general. La falta de lluvias amenaza con reducir drásticamente la producción en la región núcleo, el corazón productivo del país.

La caída en los rendimientos de trigo tendrá consecuencias directas en los ingresos de los productores y en el abastecimiento de granos a nivel nacional.

El país enfrenta un escenario climático extremadamente adverso que requerirá estrategias de mitigación a corto y largo plazo para minimizar las pérdidas.

La necesidad de implementar tecnologías de manejo de agua y diversificar los cultivos será crucial para la sostenibilidad de la agricultura argentina en un contexto de cambio climático.

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