El Gobierno desreguló la importación y exportación de alimentos: ¿Qué implica esta medida?

El Gobierno eliminó trabas en la importación y exportación de alimentos para abaratar precios y expandir mercados. ¿Qué impactos traerá esta medida?

Argentina20 de enero de 2025
Sturzenegger
Federico Sturzenegger explicó los detalles de la desregulación.

El Gobierno argentino anunció una nueva política que flexibiliza la importación y exportación de alimentos, marcando un cambio significativo en la normativa comercial del país.

Según el decreto 35/2025, publicado en el Boletín Oficial, la medida busca simplificar los controles y procesos, reducir costos y fomentar la competitividad de la industria alimentaria local tanto en el mercado interno como en el global.

Esta decisión ha generado reacciones mixtas en el ámbito político, económico y social. Por un lado, promete abaratar los costos de los alimentos en las góndolas y facilitar la llegada de productos argentinos a mercados internacionales.

Por otro, despierta inquietudes sobre cómo se regulará la calidad, la seguridad alimentaria y el impacto a largo plazo sobre los pequeños productores.

Claves de la desregulación: ¿Qué cambia en las importaciones?

El decreto establece que los alimentos provenientes de países con sistemas de alta vigilancia sanitaria podrán ingresar al país sin someterse a controles locales adicionales. 

Esta simplificación incluye:

- Certificaciones automáticas: Los productos certificados en países como Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, Israel y otros listados en el Anexo III del decreto serán incorporados automáticamente al Código Alimentario Argentino (CAA).

- Eliminación de trámites administrativos: Se eliminan requisitos como el registro de muestras, depósitos, utensilios y envases, considerados hasta ahora como "trabas burocráticas".

- Reducción de costos y tiempos: Según el texto oficial, la medida busca evitar la duplicidad de controles realizados en los países de origen y acelerar los tiempos de ingreso de productos al mercado local.

Esto implica un cambio profundo en el enfoque de regulación alimentaria: el Estado priorizará la confianza en los estándares internacionales en lugar de imponer requisitos locales adicionales.

Exportaciones: Un nuevo marco para los productores locales

En el caso de las exportaciones, el Gobierno promete un alivio significativo para los productores argentinos.

Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, afirmó que la nueva normativa elimina "todas las mochilas que le imponía el Estado" a los exportadores de alimentos.

A partir de ahora el Estado será solo un facilitador: Los productores podrán solicitar certificados de exportación únicamente si son requeridos por los mercados de destino.

Tendrán una inscripción simplificada: La inscripción en el Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA) y la declaración de sellos y advertencias nutricionales se reducirán a una declaración jurada.

Con menos requisitos absurdos. Según el ministro, muchos trámites exigidos anteriormente, como certificar muestras o registrar fábricas completas para pruebas puntuales, eran innecesarios y costosos.

Sturzenegger dio ejemplos concretos de casos donde las antiguas regulaciones perjudicaban la competitividad de los exportadores argentinos.

Desde productores de ajo que debían cumplir especificaciones de tamaño sin sentido hasta emprendedores que enfrentaban burocracia excesiva, la narrativa oficial sostiene que estas medidas descomprimirán el sector.

Promesas de la medida: ¿Más alimentos y precios bajos?

El eslogan con el que el ministro resumió la medida - "alimentos más baratos para los argentinos y más alimentos argentinos para el mundo" - apunta a dos objetivos clave que son los precios más accesibles producto de eliminar costos adicionales en la importación, ya que se espera que los consumidores tengan acceso a productos importados a menor precio.

Y una mayor presencia en mercados internacionales al facilitar la exportación podría potenciar las ventas de alimentos argentinos en mercados globales altamente competitivos.

Sin embargo, estas promesas generan interrogantes. ¿Qué ocurrirá con los controles de calidad? ¿Se garantizará la seguridad alimentaria en productos importados? ¿Cómo afectará esta medida a los pequeños productores que no cuentan con los recursos para competir en condiciones de mercado desregulado?.

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