La historia del hombre que trajo el Yoga a la región

La UNESCO declaró este jueves 1 de diciembre al Yoga como "Patrimonio de la Humanidad", pero hace 33 años casi nadie tenía idea de que se trataba esta práctica oriental, hasta que un hombre llegado desde el sur de la provincia de Buenos Aires trajera consigo no sólo el yoghismo, también el naturismo, dando a conocer otras formas de alimentación más saludables

Región 04 de diciembre de 2016 Esteban Ruiz Esteban Ruiz
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El Yoga es una práctica que se viene realizando desde hace 35 siglos en la India y sus países vecinos, pero recién a mediados de la década de 1920 se difundió en Occidente de la mano de Yogananda, y no fue hasta que "Los Beatles" se mostraron con el "Maharishi Mahesh Yogi" en 1968 que la cultura de la meditación se puso de moda en todo el mundo. En Sudamérica, el Yoga se difundió gracias a las escuelas fundadas por Indra Devi, quien se asentó en Argentina durante los últimos años de su vida. 

Beatles
Los Beatles junto al Maharishi Mahesh Yogi

A principios de la década de 1980, en la ciudad de Santa Fe surgía una escuela de Yoga a cargo de Mario Puertas, pero en el resto de la provincia nadie se imaginaba practicando posturas de meditación. Además de ser una sociedad tradicionalmente católica, Argentina transitaba una época de represión militar y a eso se le sumaba que nuestra región era habitada por agricultores, comerciantes e industriales que veían al hinduismo como algo bien raro.  

No fue hasta la llegada de José Ruiz Magallán que el oeste santafesino conoció lo que el resto del mundo ya se daba por enterado hacía tiempo. Corría el año 1982, cuando este señor de apariencia Hippie, pero muy lejos de ser un alborotador, se asentaba en la pequeña localidad de Colonia Raquel con su familia, desde donde intentó difundir el Yoga en los poblados vecinos hasta lograr su aceptación. 

Magallán
José Ruiz Magallán en la actualidad

Magallán se inició en el mundo del Yoga luego de conocer a un militar retirado en la ciudad de Bahía Blanca, quien decidió poner en práctica una nueva filosofía de vida, guiado por las enseñanzas del famoso escritor krishnamurti.

Desde entonces, la búsqueda espiritual ha guiado su camino y durante su estadía de varios años en nuestra región ha contagiado esa nueva forma de pensar, aunque para muchos era visto como un inadaptado al sistema. 

"Comencé dando mis primeras clases de Yoga en Humberto 1º. Al principio nadie creía que fuera a sumarse gente pero con el tiempo se animaron, a tal punto que hasta el cura del pueblo asistió unas veces. La noticia corrió por todos los pueblos a la redonda y empecé a trasladarme en bicicleta hacia cada uno de ellos; Moisés Ville, Ataliva, Sunchales y hasta Rafaela pedaleando bajo lluvia, sol y frío. El Yoga me había dado la resistencia que posibilitaba estar tantas horas sobre la bicicleta en caminos de tierra", recuerda José a Región Oeste. 

Magallán
José Ruiz Magallán y su otra actividad "espiritual", la guitarra española

Desde Colonia Raquel, donde se asentó con su familia, Magallán no solo difundió el Yoga sino también se convertía en un pionero de lo que hoy conocemos como Rural Bike, tan de moda en estos días. Además, la práctica del Yoga incluía un cambio en la alimentación que tampoco pasó desapercibido.

"Cuando llegué a principio de los '80, no existían dietéticas ni herboristerías por ningún lado. Yo me alimentaba con cosas que acá no se conocían ni se conseguían, ya que la mesa de la gente consistía básicamente en carnes y grasas, hasta que se abrieron las primeras dietéticas y poco a poco se fueron incorporando los vegetales a las comidas"comenta Magallán, haciendo referencia a su influencia en la forma de alimentación que originó los primeros comercios vegetarianos en la región. 


Pero lo que más le gustaba a Manolo Ruiz, como lo llaman por su ascendencia gitana, era la guitarra, con la que recorría el país y el mundo al ritmo del Flamenco, tocando en bares, plazas y participando de espectáculos folclóricos.   

Poco más de una década en nuestra región le bastó para que hoy todos hayan intentado practicar Yoga al menos una vez y muchos decidieran dar sus propias clases de esta práctica oriental que ya es Patrimonio de la Humanidad.

"Hay que tener especial cuidado con quienes se proclaman iluminados y en realidad no son más que estafadores. En el fondo no buscan el bienestar espiritual sino el económico; se disfrazan con túnicas, dejándose la barba, el pelo largo y haciéndose llamar "Maestros", advierte al finalizar la entrevista. 

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