Argentina no participará del Pacto del Futuro de la ONU que firmaron 193 países

Ahora, queda por ver cómo esta decisión impactará en su desarrollo global y en las futuras negociaciones internacionales que demandarán acuerdos multilaterales para enfrentar los desafíos del siglo XXI

Internacional23 de septiembre de 2024
Diana Mondino en la ONU
La Canciller Diana Mondino en la Asamblea del Futuro de la ONU.

Argentina ha anunciado que no se sumará al Pacto del Futuro, firmado por 193 países en el marco de las Naciones Unidas. "En la nueva Argentina no hay lugar para agendas internacionales totalitarias", afirmó Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización. Otros países que también han rechazado la iniciativa, conocida como "Agenda 2045", incluyen a Rusia, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte y Bielorrusia.

La postura argentina sobre el Pacto del Futuro

El anuncio de Argentina fue oficializado por la canciller Diana Mondino, quien, en sus redes sociales, compartió un video con un fragmento de su discurso ante la ONU.

En él, destacó que "muchos de los puntos del pacto presentan reservas y objeciones que no se alinean con la nueva agenda de Argentina". Mondino aclaró que el actual gobierno heredó las negociaciones sobre este acuerdo, pero que, a pesar de haber propuesto acciones constructivas, estas no siempre fueron consideradas. 


Mondino en la Naciones Unidas

Mondino subrayó que la decisión de Argentina no implica un aislamiento del escenario global, sino una búsqueda de independencia en sus decisiones. "Queremos tener alas para nuestro crecimiento en libertad", expresó, marcando un tono de autonomía en la política exterior del país. La canciller también enfatizó que Argentina pretende ser "un faro de libertad" y que el país no puede estar sujeto a "decisiones ajenas a nuestras metas".

El trasfondo del Pacto del Futuro


El Pacto del Futuro, impulsado por el secretario general de la ONU, António Guterres, propone 56 acciones concretas para enfrentar los desafíos globales más urgentes.

Entre los temas clave se encuentran la paz y seguridad internacionales, la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, el cambio climático, la inteligencia artificial y la arquitectura financiera mundial.

Guterres, quien lanzó la idea de la Cumbre del Futuro en 2021, calificó al acuerdo como una "caja de herramientas" para reparar los problemas del mundo contemporáneo.

Sin embargo, no todos los países han estado de acuerdo con el pacto. Rusia, al igual que Argentina, ha mostrado su descontento.

Serguéi Vershinin, viceministro de Relaciones Exteriores ruso, afirmó que "nadie está contento con este texto", en un momento en que Alemania, a través de su canciller Olaf Scholz, lamentaba los intentos rusos de frenar las negociaciones. A pesar de las tensiones, Scholz celebró el hecho de haber alcanzado un compromiso entre los casi 200 países participantes.

La posición de Argentina frente a la comunidad internacional

El rechazo de Argentina al Pacto del Futuro refleja un posicionamiento claro del país frente a las agendas internacionales que considera incompatibles con sus principios.

El gobierno actual, encabezado por un enfoque de mayor soberanía y autonomía, busca alejarse de lo que considera imposiciones externas que limitan su capacidad para diseñar políticas en función de sus propios intereses.

La decisión ha generado diversos debates en la arena internacional, pero también dentro del país, donde sectores políticos y sociales evalúan las implicancias a largo plazo de esta postura.

En un contexto global donde las crisis climáticas, tecnológicas y de gobernanza exigen respuestas conjuntas, el enfoque de Argentina plantea una interrogante: ¿Cuál será el costo o el beneficio de desmarcarse de iniciativas multilaterales como el Pacto del Futuro?

El rechazo de Argentina al Pacto del Futuro marca un punto de inflexión en su relación con las agendas internacionales. La búsqueda de un "mundo mejor" según los términos del gobierno argentino contrasta con el enfoque colaborativo del resto de los firmantes del acuerdo.

Ahora, queda por ver cómo esta decisión impactará en su desarrollo global y en las futuras negociaciones internacionales que demandarán, inevitablemente, acuerdos multilaterales para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

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