La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía eliminó la prohibición de exportar ganado vacuno en pie con destino a faena.
Si bien la medida abre nuevas oportunidades para el sector ganadero, desde Santa Fe advierten que no debe verse como una solución definitiva, sino como una alternativa dentro de un escenario más complejo.
Ignacio Mántaras, secretario de Agricultura y Ganadería de la provincia, calificó la decisión como positiva en términos de apertura de mercados, pero enfatizó la importancia de agregar valor a los productos de exportación:
"Siempre es mejor que los bienes de Argentina salgan con un proceso de industrialización y la mayor carga de mano de obra posible", señaló.
Además, subrayó que la exportación de ganado en pie requiere una serie de ajustes, especialmente en cuestiones sanitarias y logísticas, además del interés concreto por parte de los productores para sumarse a este esquema.
"Se abre el juego y, mientras haya reglas claras, es interesante. Pero no hay que apresurarse ni pensar que esto es la salvación de la ganadería, sino una variante más", agregó.
Mántaras también advirtió sobre un problema recurrente en el país: la falta de una política ganadera clara y estable.
"Estamos exportando, pero el poder adquisitivo del ciudadano no está alto. Cuando esto mejore, volveremos a enfrentar el viejo problema de la mesa de los argentinos y posibles restricciones a la exportación", explicó.
Según el funcionario, el verdadero incentivo para la exportación debería estar acompañado por medidas que fomenten la producción. En este sentido, destacó cómo los eventos climáticos afectan la estabilidad del sector:
"Con cada sequía o inundación, el stock ganadero cae, y si el Estado no interviene para mitigar estos efectos, la producción nunca será lineal", advirtió.
En el caso de Santa Fe, la sequía ha tenido un impacto significativo en la ganadería. Cuatro departamentos de la provincia están actualmente bajo declaración de emergencia, lo que afecta al 60% de los vientres santafesinos.
"Estos eventos obligan a los productores a descapitalizarse, vendiendo animales de manera circunstancial para reducir la carga", explicó Mántaras, resaltando la vulnerabilidad del sector ante condiciones climáticas extremas.
La reapertura de la exportación de ganado en pie para faena representa una oportunidad para el sector, pero no es una solución mágica.
Sin políticas ganaderas claras, incentivos a la producción y medidas para enfrentar la crisis climática, el impacto positivo de la medida será limitado.
En Santa Fe, la sequía agrava aún más el panorama, subrayando la necesidad de estrategias a largo plazo para fortalecer la ganadería en el país.
