¡Adiós al calor! Los mejores platos para refrescar el verano

Con el aumento de las temperaturas, nuestra rutina cambia y la alimentación no es la excepción. El verano trae consigo días largos y calurosos que demandan platos que refresquen y sean fáciles de preparar.

Elegir alimentos de temporada, optar por preparaciones frías y priorizar la hidratación son estrategias que no solo benefician nuestra salud, sino que también te permiten disfrutar al máximo de esta estación.

Ensaladas: Reinventando un clásico del verano

Cuando pensamos en comidas frescas, las ensaladas ocupan un lugar central. Sin embargo, la creatividad puede transformar este clásico en opciones innovadoras y completas.

Una ensalada de quinoa, mango, palta y rúcula, con un toque de vinagreta de limón y miel, combina sabores dulces y cítricos ideales para el verano.

Si preferís algo más tradicional pero igual de sabroso, la ensalada caprese es una excelente opción: tomates frescos, albahaca, mozzarella y un buen aceite de oliva.

Si buscás algo más contundente, una ensalada de pasta fría con vegetales, atún y una pizca de mostaza en el aderezo es una solución práctica y deliciosa.

Platos principales fríos y rápidos

Las comidas principales no tienen porqué ser pesadas. Un wrap frío relleno de pollo, hojas verdes, zanahoria rallada y un toque de mayonesa de mostaza es perfecto para un almuerzo rápido.

Si buscás algo más gourmet, el vitel toné, un clásico argentino, nunca falla en las mesas de verano.

Otra opción sencilla y diferente es el pastel de papa frío, una variación fresca del tradicional pastel de papa. Se prepara con capas de puré de papa condimentado con aceite de oliva, y entre medio podés colocar atún, mayonesa y huevo duro. Decorá con perejil fresco para darle un toque especial y servilo bien frío.

Bebidas para mantenerse hidratado

La hidratación es fundamental en verano, y las opciones van más allá del agua. Las aguas saborizadas caseras, como las de pepino y menta o limón y jengibre, son una alternativa natural y deliciosa.

Si preferís algo con un toque dulce, un licuado de frutas tropicales como mango o ananá con hielo es perfecto para la tarde.

Los amantes del mate también pueden disfrutar de su bebida favorita en versión fresca: el tereré, acompañado de jugos naturales, es un clásico del litoral que se está ganando cada vez más adeptos en todo el país.

Postres frescos y ligeros

El verano es ideal para explorar postres que no requieran horno. Un yogur helado casero, combinado con frutas frescas como durazno, frutilla o arándanos, es una opción saludable y fácil de preparar.

Los cheesecakes sin cocción, decorados con mermeladas caseras de frutos rojos, también son una excelente opción para los amantes de los dulces.

Otra propuesta fresca es la mousse de limón o maracuyá, cuyo sabor ácido contrasta perfectamente con el calor del verano.

Y para los que prefieren lo clásico, la ensalada de frutas sigue siendo la reina indiscutible de los postres veraniegos.

Aprovechá los productos de temporada para potenciar tus preparaciones. En esta época, frutas como la sandía, el melón, el durazno y las ciruelas están en su punto óptimo, al igual que verduras como el tomate, el zapallito y el choclo.

Además de ser frescos y accesibles, su calidad mejora notablemente el sabor de los platos.

El verano es una invitación a disfrutar comidas ligeras, llenas de colores y sabores que nos conecten con lo mejor de esta temporada.

Animáte a probar estas ideas y convertí tu cocina en el centro de frescura que todos necesitan. ¡A disfrutar del verano en cada bocado!