Se profundizó la brecha digital entre las escuelas públicas y las privadas a causa de la pandemia

Las estadísticas indican que mientras que el 56% de los alumnos de las públicas sólo tienen un celular, en las privadas el 40% cuenta con celular y computadora.

Sociedad06 de noviembre de 2020MPBMPB
La brecha digital se profundiza notoriamente en Santa Fe y el país.

La frase "el año está perdido" se repite como si las escuelas estuvieran cerradas y los maestros y directivos no estuvieran trabajando y pensando cómo hacer (con diez meses de pandemia sobre los hombros) para mantener el contacto con sus alumnos.

El asesor de gestión educativa e integrante del Observatorio Argentino por la Educación, Gerardo Suárez remarca que

los docentes están haciendo de todo, se tuvieron que adaptar al sistema y no vienen de otro planeta, sufren las mismas crisis que sufrimos todos.

El espacio al que pertenece Suárez presentó un informe elaborado durante los meses de pandemia que viene a ratificar que el coronavirus no ha hecho más que profundizar las brechas ya existentes.

Los datos que arroja el citado estudio nacional, que se replica a nivel provincia, indican que se profundizó la brecha digital entre las escuelas de gestión pública y las de gestión privada. De esa desigualdad dan cuenta los dispositivos con los que el alumnado cuenta para hacer frente a a la virtualidad. 

En las escuelas del Estado el 56 por ciento de los chicos cuenta con apenas un celular para hacer frente a las actividades escolares, el 21,4 por ciento tiene una notebook, tablet o PC, y el 22,6 por ciento no cuenta con ningún dispositivo. En el sector privado, solo 23 por ciento trabaja con el celular, la proporción de quienes tienen dos dispositivos crece casi al 40 por ciento, y el porcentaje de alumnos que no cuentan con ninguno se achica por debajo del 5 por ciento.

Un relevamiento oficial indica que en la provincia de Santa Fe, el 72 por ciento de los establecimientos educativos no tiene una conexión a internet óptima para uso pedagógico y del 28 por ciento restante que sí tiene, el 66 por ciento tiene un servicio de baja calidad que no cubre las necesidades de conectividad. Cumplidos ocho meses de la suspensión de las clases presenciales, y a menos de un mes de finalizar el ciclo lectivo, la provincia tomó la decisión de motorizar una normativa que buscaría mejorar este escenario.

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Una crisis de arrastre

Para Gerardo Suárez, el estado actual

no es nuevo, y si tenemos que pensar en la crisis del sistema educativo argentino, tenemos que remontarnos a la dictadura como el inicio de esa crisis que se profundizó en los 90 con los procesos de transferencia de las escuelas y que ahora, una vez más con la pandemia, se vuelve a poner de manifiesto.

Además, el especialista señaló que las dificultades para hacer frente a la virtualidad no son sólo de los alumnos, y así lo muestra otro de los informes elaborado por el observatorio en base a encuestas que en estos meses llevaron adelante tanto la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) como el Ministerio de Educación de la Nación.

Un relevamiento nacional del gremio, entre más de 15.600 maestros de todos los niveles y modalidades de las 24 provincias, mostró que apenas cuatro de cada diez docentes tienen acceso a una computadora de uso exclusivo para su trabajo. Y la encuesta del Ministerio reveló un panorama similar: dos de cada cinco docentes tienen una computadora para uso exclusivo, pero lo que es peor, uno de cada diez directamente no cuenta con ese dispositivo.

A eso suma la sobrecarga de trabajo, algo que también refiere la encuesta realizada por Educación de la Nación y que muestra que el 89 por ciento de los docentes manifiestan pasar más tiempo realizando actividades para sus alumnos, e incluso el informe de Ctera detalla que los que pasan más tiempo son los que no cuentan con computadora o buena conexión a los servicios de internet.

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Toques de virtualidad

Además de dar por tierra con la idea de que no hay clases, Suárez describió la situación actual como

la de un sistema de presencialidad que se está transformando con toques de virtualidad, donde se puede y donde la brecha tecnológica lo permite.

En ese punto, indicó que

los docentes están haciendo un esfuerzo enorme para adoptar ese sistema, sumar tecnología, y hay que decir que no vienen de otro planeta, sino de los mismos sectores que sus alumnos, con las mismas crisis, con las mismas dificultades y en muchos casos con conexiones que se caen a mitad de una clase aunque tenga los dispositivos a disposición.

Con ese escenario, el especialista recalcó que “es muy grande el desgaste que tienen los maestros”, y agregó: “Ya a esta altura de un año normal el desgaste es grande, y en un año inédito como el que atravesamos, es mucho más fuerte”.

Si bien consideró “importante” que los alumnos que están cerrando un ciclo, como son los 7º grado y los 5º año, “puedan hacerlo con cierta presencialidad y no por zoom”, señaló fundamental “parar la pelota en el receso para poder apuntalar la virtualidad para el ciclo 2021”.

Es que frente a un escenario, en marzo próximo, en el cual difícilmente las dificultades de la pandemia estén superadas en un ciento por ciento, Suárez consideró central poder pensar “en un ciclo lectivo donde se pueda hacer una mixtura entre la presencialidad y la virtualidad, y poder avanzar en la revinculación social en el ámbito escolar”.

Texto fuente: La Capital - Eugenia Langone

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